Introducción a la maquinaria

Si tenemos en cuenta su definición, la maquinaria es un grupo de activos físicos o tangibles de una empresa, que se dedican a realizar actividades concretas en sus procesos operacionales.

A nivel individual, se entiende como máquina a un dispositivo mecánico con piezas (móviles o inmóviles) que interactúan entre sí, transformando esa interacción en energía para realizar una acción determinada.

La maquinaria se considera un bien, y por tanto, forman parte del activo de una empresa. Por norma general, se emplean para mejorar la capacidad de producción, haciendo más fácil el trabajo a la plantilla.

¿Qué tipos de maquinaria existen?

Podemos dividir los tipos de maquinaria en base a dos conceptos: uno, según el sector al que ayudan, y otro, en base a las fuentes de energía que utilizan.

Según el sector

En base al sector en el que se encuentra la maquinaria, podemos encontrar las diferentes subclases:

-Maquinaria de construcción: toda aquella maquinaria que desarrolla algún tipo de infraestructura. A su vez, se divide en dos subtipos: la maquinaria pesada, que opera en trabajos en los que se requiere una gran cantidad de fuerza; y la ligera, que optimiza ciertos procesos automáticos. Un ejemplo son las grúas o los montacargas.

-Maquinaria agrícola: es la maquinaria que se destina únicamente a operaciones agrícolas. De forma general, se utilizan para optimizar las operaciones y en la mejora de la producción. Por ejemplo, en este apartado encontramos sembradoras y segadoras.

-Maquinaria industrial: maquinaria destinada a las fábricas. Sirven para fabricar productos y servicios, y también para mejorar la producción de los mismos automatizando operaciones y eliminando riesgos innecesarios al personal humano. En este caso, un gran ejemplo son los brazos y motores.

Según la fuente de energía

Para clasificar así la maquinaria, debemos fijar como base al motor de cada máquina. El motor, por su parte, es la parte del sistema que convierte algún tipo de energía en energía mecánica.

Así, podemos encontrar:

-Máquinas eléctricas: aquellas que utilizan energía eléctrica. Son quizá las más comunes, especialmente en entornos industriales. Cuentan con un gran rango de potencia y versatilidad.

-Máquinas térmicas: aquellas que utilizan la variación de temperatura de un fluido. Grandes ejemplos serían las turbinas de vapor o los motores de explosión.

-Máquinas hidráulicas: aquellas que utilizan la presión de diferentes fluidos. En este caso, podemos hablar de prensas o compactadoras.

Un poco de historia…

Para hablar de maquinaria en el dilema actual, hemos de remontarnos a su origen general: nada más y nada menos que la rueda. A pesar de lo nimio que pueda aparecer ahora, este invento supuso un gran desarrollo en todos los aspectos.

También podemos hablar de los egipcios y sus obras con el fin de mover tierras, o sus canales de riego. Posteriormente, de los romanos y sus acueductos y caminos, que también implicaron movimientos de tierra. Todos estos proyectos se realizaron con herramientas de mano y dispositivos de acarreo.

Sin embargo, a medida que la sociedad avanzaba, se hizo más y más clara la necesidad de instrumentos y equipos especializados para este tipo de trabajos. Al fin y al cabo, a mayor crecimiento, mayores problemas de sostenibilidad y de construcción, por supuesto.

Maquinaria en el siglo XIX

Y así, alcanzamos la creación del arado, en 1819, el primer dispositivo para facilitar el movimiento de tierras. Su evolución continuó hasta más allá de mediados del siglo XIX.

A partir de esta segunda mitad de siglo, se inventó y se utilizó la pala de vapor, y el vapor como sistema de acción en los tractores. Durante esta época, la principal aplicación de la antigua maquinaria fue la agricultura. En realidad, estos excavadores de vapor continuaron utilizándose hasta 1930.

Guerras: una época difícil

Debido a la necesidad de actualizar y potenciar la equipación bélica, hubo un increíble salto en cuanto a la evolución de la maquinaria, especialmente en Alemania, durante la I Guerra Mundial.

Una vez terminó esta primera guerra, se impulsó la creación y uso del motor de gasolina. En cuanto al tractor, se añadió una hoja al frente, pasando a producirse los bulldozer.

Tras la guerra, en 1922, se desarrolló la primera escrepa motorizada. Actualmente, muchos fabricantes de motoescrepas continúan el alineamiento de esa primera escrepa.

Posteriormente, durante la II Guerra Mundial, también se produjo un auge en el sector de la maquinaria. Durante este auge, se perfeccionaron los sistemas ya existentes y se dio un gran paso hacia la fabricación de la maquinaria pesada.

La maquinaria en la época moderna

Tras el fin de la II Guerra Mundial, los logros tecnológicos destinados al equipo bélico al fin se transfieren a la maquinaria, con el fin de reconstruir y crear un nuevo mundo.

Entre los grandes logros de esa época encontramos:

-Transformación de equipo mecánico a hidráulico.

-Sistemas más sencillos y eficientes.

-Utilización de nuevas fuentes de movimiento, como el aceite o la presión.

-Inclusión de sistemas electrónicos en la maquinaria.

-Mayor maniobrabilidad, rapidez y eficiencia.

Si tienes cualquier duda o te interesaría alquilar algún tipo de maquinaria, no lo dudes y contacta con nosotros. ¡Te atenderemos con mucho gusto!